jueves, 22 de diciembre de 2011

Los 11 de 2011

Los clásicos recuentos de año nos plantean luchar contra nuestra memoria. Por fortuna, está Internet para ayudar a refrescarla. Como el post anterior, y como el recuento que hice en 2010, la idea no es hacer “lo mejor y peor” del año, sino recordar un poco algunos hechos que marcaron este 2011 que ya se va y que, la verdad, se ha hecho bastante largo, desde elecciones bien a la peruana, pasando por cataclismos naturales y financieros, y por qué no, una que otra buena noticia. En esta lista de los “11 de 2011” no he incluido algunos hechos que igual son dignos de ser recordados, como el pacto firmado por India y Bangladesh para terminar su disputa fronteriza luego de 40 años en setiembre; las 37 personas que fueron asesinadas y las más de 180 que fueron heridas en el bombardeo del Aeropuerto Internacional de Domodedovo, en Moscú, a finales de enero, o la muerte de todo el equipo de hockey del Lokomotiv de Rusia en un accidente aéreo hace unos meses. En lo futbolístico bajaron de división River Plate, en Argentina, y América de Cali, en Colombia. Este 2011 la población mundial llegó a los 7 mil millones de personas: la ONU seleccionó como fecha simbólica de este hito el 31 de octubre. El mismo día, Palestina fue admitida por fin como miembro de la Unesco, con 107 votos a favor y 14 en contra. Luego de este breve resumen, me permito compartir mi selección. Seguramente hay omisiones horrorosas, así que en esta lista en especial les pido que contribuyan con su aporte para tener una imagen más clara del año que nos deja. Desde ya pido disculpas si el recuento es por momentos superficial, pero la idea es solamente hacer un recordaris de lo que sucedió, más que un análisis. ¡Correcciones a las omisiones o errores serán bienvenidas! ¡Gracias y hasta 2012!


1. Los indignados y la crisis mundial

Personajes del año, según Time.
Desde los indignados españoles hasta los gringos y londinenses, pasando por los estudiantes chilenos encabezados por Camila Vallejo (elegida como personaje del año por The Guardian), todo ellos marcaron “la pauta” de este 2011, tanto así que la figura del “manifestante” fue elegida por la revista Time como el “personaje” de un año lleno de insatisfacciones y frustraciones, pero también repleto de valor y decisión para salir a las calles y reclamar por lo que se cree justo. Este año la Euro-Crisis y la caída cada vez más en picada de Estados Unidos han terminado por colmar la paciencia de los que piensan que los poderosos, incluso en tiempos de crisis, y alentándolas más bien, siguen cuidando sus intereses en lugar de ponerle un freno. En Estados Unidos los esfuerzos de Obama no alcanzaron para encontrar una solución que satisficiera a los grupos de poder, en España Rodríguez Zapatero fue poco más que una piñata, mientras en Italia Berlusconi pensaba más en sus líos con menores de edad y en su cuantiosa fortuna que en enrumbar a su país, todo con Grecia como el símbolo de este año marcado por la crisis económica, la bolsa a la baja y el paro universal. Sin duda, aquellos que salieron a protestar, primero a medio año en las calles de España, luego en setiembre en las de Wall Street y luego en diversas partes del mundo, han sido los personajes de este 2011. Esperemos que su llamado no sea acallado, sino seguido, y que este 2012, llamado por los supersticiosos como el “último de la humanidad”, sea mejor que este que se va.


2. La primavera árabe
La primavera árabe tocó Túnez, Baharín, Libia...

Todo comenzó en diciembre de 2010, cuando el joven Mohammed Buazizi se inmoló con fuego como protesta por abusos sufridos en su Túnez natal, lo que sería el catalizador para la revolución que acontecería en ese país a principios de 2011, dando comienzo a lo que se ha llamado “la primavera árabe”. Finalmente el gobierno tunesino cayó luego de un mes de violentas protestas, y el presidente Zine El Abidine Ben Ali huyó a Arabia Saudita luego de 23 años en el poder. En marzo, esta desazón se expandió al reino de Bahraín, cuyo rey, Hamad bin Isa Al Khalifa, declaró un estado de emergencia de tres meses mientras las tropas del Consejo de Cooperación del Golfo eran enviadas a calmar las protestas civiles. En ese mismo mes, se desató la guerra civil en Libia, lo que desembocó en la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a crear una zona aérea inviolable en ese país (con una votación de 10-0), en respuesta a las denuncias de agresión del gobierno libio contra civiles. No sirvió de mucho, pues dos días después, a raíz de los constantes ataques recibidos por los rebeldes libios de parte de las fuerzas de Muammar Gaddafi, comenzó una intervención militar autorizada, con jets franceses que hicieron vuelos de reconocimiento sobre Libia. Luego de ocho meses de tensiones y violencia, el “gobierno” de 42 años de Muammar Gadaffi llegó a su fin.


3. Terremoto en Japón

Tragedia en Japón y alerta en el resto del mundo.
El viernes 11 de marzo de 2011, a las 14.46 hora local, un violento terremoto de una impresionante magnitud de 9,0 grados estremeció a la isla de Japón. Sin exagerar, un cataclismo. Esto no solo conmocionó al mundo por la intensidad destructiva del terremoto, sino porque mantuvo en vilo a millones de personas, incluidos los peruanos, por las consecuencias del tsunami que se generó en las horas que siguieron: Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Estados Unidos, México, Centro y Sudamérica, entre otros, estuvieron alertas por una ola que se esperaba que alcanzara los 10 metros de altura, como en algunas zonas de Japón. Personas murieron a causa del tsunami, aunque felizmente la ola llegó disminuida a las costas peruanas, sin causar daños. El epicentro del sismo se ubicó en el mar, frente a la costa de Honshu, a 373 kilómetros de Tokio. Duró nada menos que seis interminables minutos, en lo que ha sido calificado, según registros históricos, como el terremoto más fuerte sufrido por Japón hasta la fecha, el cuarto más fuerte de la historia mundial. Las imágenes satelitales demostraron que Japón se movió más de 2 metros y que el terremoto alteró, también, el eje de toda la Tierra en aproximadamente 10 centímetros. Todo esto, según los científicos, ha acortado la duración de los días terrestres en 1,8 microsegundos. Según el FMI, el daño causado por el terremoto de Japón ha sido equivalente a una cifra que varía entre el 3 y el 5 por ciento del PBI de ese país. El saldo final: más de 15 mil muertos, más de 3 mil desaparecidos, más de 5 mil heridos y alrededor de 450 mil japoneses sin hogar. Todo esto sin contar la crisis de Fukushima, donde la planta nuclear estuvo a punto de colapsar y cuya fuga causará estragos en la salud de los japoneses durante las próximas décadas.


4. Las elecciones peruanas

Históricas y luchadísimas elecciones.
Muchos peruanos discutieron de política este 2011.
Sin duda, el acontecimiento más importante del país. Fueron cuatro meses intensos, agotadores y polémicos. Amistades fueron comprometidas, al igual que el trabajo de muchos periodistas. La polarización llegó a niveles extremos. Para empezar, con una primera vuelta que fue intensa por la subida de un candidato “pitufo” como el popular PPK y su gran campaña mediática a través de redes sociales y su popular “PPKuy”, y la bajada en picada del ex presidente Alejandro Toledo, quien podría haberse dado por ganador en enero con un 30% en las encuestas. Esta disputa entre los candidatos “pro-sistema”, donde se incluía también al Alcalde de Lima Luis Castañeda (ahora más conocido como foreveralone), permitió la subida del pequeño PPK, la consolidación de la hija del dictador Alberto Fujimori, Keiko, y de la intensificación del “La gran transformación” ofrecida por Ollanta Humala, ahora con una imagen más equilibrada y menos chavista. Al final la bajada de Toledo no pudo ser detenida y la subida de PPK no alcanzó para evitar la segunda vuelta que tantos calificaron como “el fin de los tiempos” o “la batalla entre el cáncer y el sida”. Keiko y Ollanta llegaron a segunda vuelta por el egoísmo de tres candidatos que, con matices, representaban posiciones similares. Al final, el Perú vivió una Segunda Vuelta donde se enfrentaron los anti-fujimoristas con los anti-humalistas, donde el voto en contra pesó más que el voto a favor, al menos en nuestra egocéntrica Lima. La indignación por la falta de memoria de los votantes pro-Keiko (o anti-humala) de un grupo era igual de intensa que el miedo por la posibilidad (o certeza para muchos) de que Humala significara un giro chavista y retrógrado en el Perú. Así, el debate entre ambos candidatos fue vital, con el pequeño empujón dado por figuras políticas y culturales probadamente democráticas como Toledo, Vargas Llosa o Pérez de Cuellar apoyando abiertamente la candidatura de Humala. Esto, sumado a deslices imperdonables de los fujimoristas (en buena parte generados por el gran trabajo periodístico de Beto Ortiz en Buenos Días Perú), desde el “Nosotros matamos menos” hasta el “No fueron esterilizados contra su voluntad sino sin su voluntad”, le dieron finalmente la victoria a Humala, un presidente que es visto como parte del “pueblo”, ex militar y con ideas, al menos durante el pasado, de extrema izquierda. Este triunfo generó la cautelosa alegría de los anti-fujimoristas y explosiones varias de racismo y de terror en redes sociales como el Facebook, sumado, por supuesto, al temor de los inversionistas y de la Bolsa de Valores. Finalmente, Humala juramentó el 28 de julio y ha seguido una política económica que nos ha mantenido en el crecimiento, descartando, por ahora, cualquier vínculo con el chavismo que se le achacó durante la campaña o giros violentos en nuestra política. Sin embargo, esta es una historia para otro ítem.

5. La masacre de Oslo

Tragedia en Noruega.
Recuerdo que prendí el televisor y sentí náuseas. Estaba en todos los noticieros internacionales: el 22 de julio un sujeto desconocido había detonado un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, Noruega, donde murieron ocho personas, para luego dirigirse, impune, a la isla de Utoya, donde disparó de forma indiscriminada con un saldo de 77 muertos. El asesino luego fue detenido e identificado como Anders Behring Breivik, un ultraderechista que con estos crímenes pretendía protestar por la invasión extranjera de inmigrantes en Noruega, un país que, según la ONU, ocupa el primer puesto entre los países con mejor calidad de vida, educación y desarrollo humano. Esta masacre producida por un psicópata ideologizado apoya un poco la tesis de las tasas de suicidio: son las sociedades más “perfectas” las que más tienden a la autodestrucción. Sin embargo, no generalicemos: esta matanza es la peor tragedia que sufre Noruega desde la mismísima Segunda Guerra Mundial. El asesino llegó disfrazado de policía, ganándose la confianza de los jóvenes que estaban en la isla en un retiro político, para inmediatamente dispararles a quemarropa, incluso a aquellos que intentaron huir a nado. Breivik tiene una pena máxima de 21 años según las leyes noruegas por actos de terrorismo. Actualmente se está gestionando levantarle cargos por crímenes contra la humanidad para aumentar su condena. Sin duda, uno de los acontecimientos más impactantes de este 2011.


6. Las muertes de Bin Laden y de Gadaffi

10 años después de la tragedia de las Torres Gemelas,
murió Bin Laden en Pakistán.
Este año dos personajes infaustos perdieron la vida. El presidente Obama de EE.UU., luego de anunciarle la noticia a su predecesor, el también infausto George W. Bush, salió por televisión a anunciar una noticia que los estadounidenses esperaban hace 10 años: Osama Bin Laden estaba muerto, había sido abatido por un comando especial de EE.UU en Pakistán. El cuerpo fue convenientemente arrojado al mar, “conforme al rito musulmán”, y las muestras de alegría fueron acompañadas por las voces de protesta frente a un asesinato con Bin Laden desarmado y acompañado por su hija de 12 años. Una nota pintoresca fueron las declaraciones de nuestro presidente en ese momento, Alan García, quien atribuyó la muerte de Bin Laden a un milagro de Juan Pablo II, quien había sido recientemente beatificado, lo que fue criticado a nivel mundial. Este año también, como ya se mencionó al hablar sobre la Primavera árabe, falleció Muammar Gaddafi, de cuyo cadáver sí se propalaron imágenes, en algo que también fue criticado a nivel global. Lo cierto es que el tirano libio, luego de ocho meses de intenso conflicto civil e internacional en su país y de haber huido de sus lujosas mansiones, fue abatido por un rebelde libio. 2011, pues, fue el año en el que, bien o mal, dos de los asesinos más despreciados del planeta llegaron a su fin.


7. El ascenso (y descenso) de Humala

En unas elecciones intensas, conflictivas y sorprendentes,
al final salió elegido Ollanta Humala, entre aplausos y temores.
Sí, Humala llegó al poder y felizmente lo hizo en 2011 y no en 2006. Al parecer el candidato del polo rojo evolucionó, al lado de su inseparable Nadine, entre campaña y campaña, y, gracias a esa renovada imagen, no solo pudo ganar las elecciones, sino que ha llevado durante 6 meses un gobierno que en nada se parece al paisaje post-atómico que pintaron sus detractores antes de las elecciones, siguiendo relativamente bien “la hoja de ruta” que firmó para la Segunda Vuelta. Sin embargo, el consuelo de saber que nos salvamos de un Humala extremista para tener en la actualidad un Humala “equilibrado”, no basta. No basta para nada. Hubo incidentes de gravedad en Cañete y en Cajamarca (Conga), poniendo en duda el liderazgo de Humala, que estuvo más mudo que Castañeda. Finalmente, cayó su primer gabinete, el gabinete Lerner, y subió, como primer ministro, su ex instructor y ex militar (retirado hace 20 años), Óscar Valdez. La opinión está dividida: algunas voces dicen que esto es una señal de militarización que auguraría una etapa sombría para el Perú, mientras que otros piensan que es una clara señal de la derechización de Humala, deshaciéndose de toda la izquierda mediocre, por lo que las inversiones siguen estando seguras. Ambas posiciones resultan decepcionantes para el núcleo duro de los votantes de Humala, que apostaba por la “Gran Transformación”. Como algunos pronosticaron en las elecciones, tanto los que metían cuentos de miedo acerca de Humala como los que le creían a pie juntillas sus promesas terminarían “decepcionados”: Humala no ha sido hasta ahora ni monstruo ni salvador, solo un presidente más, que, a decir de Patty del Río, es más un militar entrenado más para obedecer que para mandar. Mientras tanto, el diálogo en Conga sigue detenido, el presidente continúa relativamente callado y el nuevo gabinete ya empieza a desesperarse, con una aprobación presidencial que, aunque ligeramente, sigue bajando. Como esto es recuento superficial para recordar, más que un análisis, como se habrán podido dar cuenta, la pregunta “¿El balance es positivo o negativo?” está abierta. Lo dejo a opinión del lector.


8. La ciencia en 2011: destacó la exploración del espacio

El "Curiosity", explorador avanzado
que llegará a Marte en agosto de 2012.
Un recuento científico me parece fundamental. Cada año la humanidad avanza al menos en este aspecto y 2011 no fue la excepción. Por ejemplo, en julio se consiguió el primer trasplante de un órgano artificial, mediante el uso de una tráquea recubierta de células madre. Por otra parte, en agosto la NASA anunció que su Orbitador de Reconocimiento en Marte capturó evidencia fotográfica de una posible fuente de agua líquida en el planeta rojo durante las estaciones de más calor. En el mismo mes, Juno, la primera aeronave impulsada por energía solar fue lanzada en una misión a Júpiter desde Cabo Cañaveral. Otro logro conseguido relacionado a la exploración del espacio sucedió en noviembre, cuando el “Curiosity”, el vehículo de exploración marciana más avanzado hasta la fecha, propiedad del Mars Science Laboratory, fue lanzado del Centro Espacial Kennedy. Se espera que el “Curiosity” llegue a Marte, es decir, que amartice, en agosto de 2012. Estaremos atentos. Y para finalizar, hace poco la NASA anunció que ha encontrado dos planetas similares a la Tierra con un sol parecido al nuestro: Kepler-20e y Kepler-20f, ambos parte de un mismo sistema solar de solo cinco planetas llamado Kepler 20. A pesar de que se encuentran demasiado cerca a su sol para posibilitar la presencia de agua en forma líquida, el hito, dicen en la NASA, se refiere a encontrar planetas del tamaño de la Tierra alrededor de otras estrellas y que somos capaces de detectarlos, para así encontrar uno que sea habitable. “En el juego cósmico de las escondidillas, encontrar planetas con el tamaño apropiado justo y la temperatura apropiada parece solo cuestión de tiempo”, dijeron en la NASA.


9. La alcaldesa de Lima

Polémica alcaldesa: algunos la respaldan,
muchos la reprueban.
Este año, por segunda vez en la historia, Lima tiene una alcaldesa en el sillón municipal. Y la primera elegida por la gente. La campaña municipal del año pasado fue dura, donde dos mujeres despuntaron: Lourdes Flores y Susana Villarán. Al final, el síndrome Lulú se cumplió y la pepecista volvió a perder una elección, esta vez con la tildada de “caviar”, Susana Villarán, y su chalina verde. Todo en una campaña marcada por escándalos televisivos encabezados por Jaime Bayly. Así, en enero de este 2011 Susana Villarán comenzó su gestión con una impresionante y arbitraria campaña en contra, pidiéndole resultados desde el día 1 y tildándola de vaga desde el día 2. Villarán no ha podido superar estos estigmas a lo largo del año, a pesar de haber realizado obras sin mucho bombo pero con no poca carne. Incluso salieron informes que comparaban los primeros 6 meses de Villarán con los de su supuestamente exitoso predecesor Castañeda Lossio, demostrándose que la alcaldesa había hecho más, cumpliendo, por cierto, sus promesas electorales, empezando por la fiscalización de la administración anterior. Igual, Villarán, más allá de sus logros o fallos de gestión, ha tenido graves problemas de comunicación, no ha sabido comunicar sus logros y sus intenciones, a pesar de utilizar intensamente el Twitter y el Facebook para intentar hacerlo. Veremos si este 2012 Villarán empieza a hacerle sentir al limeño que sus obras no solo son con “efectos a largo plazo”, sino que pueden tener consecuencias inmediatas, con cambios reales en su día a día, desde el tráfico vehicular hasta la seguridad ciudadana. Más allá de las controversias sobre la alcaldesa de Lima, el verdadero hito –que estaríamos comentando también si hubiera ganado Flores Nano- es que Lima eligió a una alcaldesa mujer. El que sea de una izquierda moderada es anecdótico, aunque significativo en un año en el que el Presidente de la República elegido por los peruanos respondía, al menos en el papel electoral, a una tendencia similar.


10. Ratoneando con Markarián…

Examinando el horizonte: ¿Mundial o no Mundial?
¿Habrá magia?
 
A pesar de q1luego fue desmentido por la propia FPF, la presencia del “Mago” fue todo un acontecimiento en nuestro fútbol. Más allá de los resultados aún tibios de nuestra selección en las Eliminatorias para el Mundial Brasil 2014 (tres puntos ganados de nueve disputados, aunque con dos partidos de visita con rivales duros como Chile y Ecuador), la llegada de Markarián, pedida por todos desde hace más de 10 años, ha marcado un cambio de actitud en los hinchas y hasta en la prensa. El argentino Jorge Barraza lo comparó con el fenómeno Bielsa en Chile y en el Athletic de Bilbao, pues don Sergio ha sabido demostrar que un buen director técnico puede hacernos vencer muchas limitaciones, desde la técnica y la motivación. Aunque algunos, incluido el propio Markarián, consideran que el significativo tercer lugar de Perú en la última Copa América realizada en Argentina (y el trofeo de máximo goleador alcanzado por Paolo Guerrero –por fin los goles de la selección los hicieron los delanteros-) no significa nada, es claro que la hinchada no piensa así. La copa generó furor, aunque un aprovechamiento mediático irresponsable, como siempre, que explotó triunfos como si fueran campeonatos (incluida la payasada de “los cuatro fantásticos”). Lo cierto es que aún estamos en el sótano de Sudamérica, que el “Mago” tiene una tarea durísima por delante, a pesar de contar con ciertos jugadores que huelen a renovación. Al final, el próximo partido con Colombia en Lima es absolutamente clave, visto que el siguiente se juega en Montevideo con el líder Uruguay. ¿A seguir soñando? Mucho dependerá de si le ganamos a la buena Colombia en el renovado Nacional. Todos queremos clasificar al mundial, pero debemos tener en claro que la meta de Markarián debe ser, por sobre todo, hacernos abandonar el último lugar alcanzado en las últimas eliminatorias y, a partir de ahí, lograr lo que se pueda. Queda como anécdota la popularización del mago de un nuevo verbo: RATONEAR, así como su recordada conferencia de prensa en la Copa América quejándose del arbitraje con la frase “Los voy a desenmascarar”. Markarián, como diría Guardiola, fue ese día “el puto amo”.

11. Y los que se fueron…

Lamentablemente, la muerte de Winehouse
no sorprendió demasiado.
Este año se fueron varias personas famosas que me traen muchos recuerdos. Aquí la lista de quienes fallecieron durante este año: falleció Alberto Granado, el compañero del Che Guevara en su viaje en moto por Sudamérica; el gurú de los gadgets, Steve Jobs, cuya biografía autorizada ya es un boom en ventas. También se fue, con solo 27 años, la gran cantante Amy Winehouse, y ya al final de su vida, el “gurú” Sai Baba, de quien se decía tenía el don de la ubicuidad, aunque la verdad sea dicha, las acusaciones de fraude y hasta de pedofilia fueron igual de abundantes que las de eventos supernaturales. Nos dejó el gran poeta chileno Gonzalo Rojas, y el escritor hispano-francés, Jorge Semprún, cuyo libro “La escritura y la vida” es uno de mis favoritos. Se fue también, y tempranamente, el cantante de salsa Joe Arroyo. Asesinado de un balazo, murió el ex futbolista colombiano Edison Chará, quien pasara por el Perú, y la leyenda de nuestro fútbol, José Soriano. Además, un trágico accidente terminó con la vida del animador chileno Felipe Camiroaga y su equipo. El escritor argentino Ernesto Sábato, a los 99 años, falleció en el año de su centenario, mientras la leyenda del cine, Elizabeth Taylor también “partía a mejor vida”. Fallecieron también el gran director Sidney Lumet (autor de obras maestras como "Tarde de Pprros"), el doctor Jack Kevorkian, adalid de la eutanasia, el sociólogo argentino Guillermo O’Donnell, el genio del fútbol brasilero Sócrates, y la bióloga Liz Margoulis (ex de Carl Sagan), autora de teorías que desafiaron al darwinismo más extremo y que, de alguna manera, nos salvaron de la ortodoxia. Murió también el actor Bubba Smith, protagonista de “Locademia de policía” y alguna que otra serie, y el actor Charles Napier, que tuvo roles secundarios en películas interesantes, entre las que destaca “El silencio de los inocentes”, en donde caracterizaba a uno de los policías que muere cuando Hannibal escapa. Finalmente, debemos recordar la trágica muerte del cantautor argentino Facundo Cabral, a balazos en Guatemala, en medio de un intento de secuestro del empresario que lo llevo a ese país. Descansen en paz.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Pequeño tour por mis libros de 2011

Al igual que el año pasado, comparto con ustedes una lista personalísima sobre los mejores libros que leí este 2011, o que más me gustaron, mejor dicho. Estas fechas se prestan para hacer rankings y listas –ya se viene la de los hechos que marcaron 2011-, y este post, como el que hice en 2010, no pretende hablar de “lo mejor del año”, sino de “lo mejor de MI año”. Es decir, libros que simplemente leí (y en algunas ocasiones descubrí) durante los últimos 12 meses y que quisiera compartir por aquí, y, de paso, aprovechar para recomendarlos si es que algún lector del blog no los ha podido disfrutar aún. Al sentarme a escribir sobre esto me di cuenta que este 2011 he leído muchísimo menos que en 2010, lo que me motiva a mejorar el ritmo en 2012. El año pasado destaqué entre mis lecturas “Armas, gérmenes y acero”, de Jared Diamond; “El planeta de Mr. Sammler”, de Saul Bellow; “Bartleby y compañía”, de Vila-Matas; “La soledad de los números primos”, de Paolo Giordano; y los artículos de Malcolm Gladwell en “Lo que vio el perro”. Este año es igual de “variadito”. Pudieron estar en la lista “Soy leyenda”, de Matheson, que releí después de un par de años y sigue resultándome igual de genial que la primera vez; “Carrie”, de Stephen King, bastante buena; “Al este de la frontera, al oeste del sol” y “Sputnik, mi amor”, ambas novelas de Murakami, siempre en su estilo, en estos dos libros con narraciones más urbanas, con personajes intrigantes y bizarros pero a la vez muy humanos, y con altas dosis de erotismo que, juntos, hacen un coctel literario bastante estimulante y adictivo. Y quiero destacar el libro de mi amiga Katya Adaui, “Algo se nos ha escapado”, con textos que denotan ingenio, desde cuentos largos hasta aforismos, donde la vida, la muerte y la familia caen bajo la lupa de una observadora –no exagero- experta. Lo recomiendo. Ahora sí, a la lista. Estos son los cinco libros que más me engancharon durante este año que se va:

1. Qué es el qué (2006) – Dave Eggers
Conmovedora novela de uno de los autores que más han llamado la atención de la última literatura norteamericana (en 2005 fue elegido por Time como uno de los 100 estadounidenses más influyentes). Fue un regalo por mi cumpleaños el último enero, había oído hablar de Eggers pero no de “Qué es el qué”. Un gran descubrimiento. El libro narra la historia de una persona real: Valentino Achak Deng, uno de los niños perdidos de la guerra civil de Sudán. Aunque no es estrictamente real, pues es una novela, el mundo que ha conocido el verdadero Valentino “no es tan distinto del que aparece reflejado en estas páginas”, tal como reconoce el protagonista en el prólogo. “Vivimos en un momento en que los momentos más terribles de este libro podrían ocurrir, y en muchas casos ocurrieron”. Y vaya que son momentos terribles. Con una prosa transparente a pesar de la complejidad del tema que aborda, el autor va llevándote de la guerra del Sudán, cuyas masacres y pérdidas son de altísimo calibre, a la vida que algunos de los niños perdidos de este conflicto llevaron años después en su situación de refugiados en Estados Unidos, con más dificultades que alegría, dicho sea de paso. Es una historia de pérdidas, de viajes, de luchas, de cientos de kilómetros recorridos en el desierto sin vislumbrar un destino, de sueños y frustraciones. Pero sobre todo es la historia de cómo los niños –y sus versiones adultas- siguen teniendo esa asombrosa capacidad para absorber los golpes y seguir adelante con esperanza y con nobleza, un poco como el niño de la gran novela “Sin destino”, del Nobel Imre Kertész. Luego de leer “Qué es el qué”, cuyo título alude a un mito dinka sobre la capacidad de elección del hombre y de la virtud de saber reconocer lo que se tiene sobre lo desconocido, es imposible no estar conectado con nuestras fibras más íntimas, pensar en lo que se tiene y en lo que no, y, por qué no, aunque suene cursi, en lo importante que es para el ser humano tener un hogar. Lectura altamente recomendable.

2. Fiasco (1987) – Stanislaw Lem
Lem era una deuda pendiente para mí hacía mucho tiempo. Se le conoce sobre todo por su obra “Solaris”, que fue llevada al cine por Tarkovsky en 1972, y cuyo remake en 2002 tuvo como protagonista a George Clooney. La ciencia ficción es uno de mis géneros favoritos: ahí están Asimov, Bradbury, Arthur C. Clarke, Philip K. Dick… pero me faltaba Lem, quizá uno de los verdaderos gigantes. Sus primeras obras no se han traducido del polaco al español aún, y conseguir las que sí en Lima no es tarea fácil. Es así que un día vi “Fiasco” en los estantes de una librería limeña y no lo dudé. Se dice de esta novela, la penúltima de Lem, que es su libro más maduro. En ella se concentran sus principales preocupaciones literarias (y científicas, pues tiene, al igual que Asimov, una vasta obra de no ficción): la dimensión moral y filosófica del hombre, la inteligencia artificial y, sobre todo, el contacto con inteligencias extraterrestres. En esta novela, que tiene mucho de religión, de física, de metafísica, de psicología, de medicina, de ironía, y hasta de sátira, podemos ver la reacción del hombre ante el fracaso, a pesar de los adelantos tecnológicos y súper computadoras que tiene a su disposición. Vemos a un hombre finalmente limitado, frágil, indeciso, que no tiene control sobre sus planes y que termina por cumplir su destino autodestructivo, tal y como señala la historia pendular de las civilizaciones. Es un libro intrigante, que hace reflexionar por sus aristas humanas, que atrapa por su argumento y que impresiona por su virtuosismo científico (Lem se destacaba por esto, tan es así que Philip K. Dick, en un arrebato claro de locura, alegaba en su país que era imposible que un solo escritor pudiera dominar simultáneamente tantos campos del saber y que eso significaba sin duda que era un complot comunista). Un libro que, finalmente, nos hace pensar realmente qué pasaría si tuviéramos las capacidades tecnológicas de emprender una misión para hacer contacto con un planeta similar a la Tierra: ¿cómo nos recibiría esa civilización teóricamente inferior? ¿Podríamos contactarla? ¿A qué precio, para ellos y para nosotros? ¿Cuál es nuestra responsabilidad frente a las capacidades tecnológicas que vamos adquiriendo, sobre el poder? ¿Sirve todo eso para algo? Apta solo para fanáticos de la ciencia ficción, eso sí.

3. A Game of Thrones (1996) – George R.R. Martin
Este año uno de mis descubrimientos más felices fue la espectacular serie de HBO “Game of Thrones”, cuya segunda temporada espero con ansias para 2012. Al terminar de ver los episodios de su exitosa primera temporada, fui corriendo a la librería a conseguir el libro en el que se basaba esta historia de juegos por el poder en un mundo con siete reinos que ni sabía que existía. El libro era “A song of ice and fire”, de George R.R. Martin, compuesto por varios volúmenes de los cuales “A Game of Thrones” era el primero. Ochocientas páginas en inglés (ya se pude conseguir la versión en español) que no decepcionan y que demuestran, además, lo bien adaptada que está la serie de HBO. Por supuesto que la experiencia de leer el libro es incluso más gratificante que ver esa maravilla que vivimos en la pantalla. No es un bestseller, como podría pensarse, ni simplemente un escritor de historias fantásticas y tierras desconocidas: leer a Martin realmente es un placer. Por la historia, claro que sí, pero también por su exquisito uso del lenguaje, su gran capacidad de descripción, tanto concreta como psicológica, y por la construcción de personajes inolvidables que van de lo entrañable a lo despreciable: unos ingenuos, otros malvados, algunos deliciosamente mordaces e inteligentes. Mi personaje favorito es, sin duda, Tyron Lannister, el enano, personaje que le valió un Emmy a su intérprete, el actor británico Peter Dinklage, a quien ya habíamos gozado en “Muerte en un funeral”, de Frank Oz. Pero no se quedan atrás los Stark (donde destacan la niña Arya y el patriarca Ned), familia que custodia el helado norte donde un gran muro protege a los siete reinos de los míticos “Otros”, pues en la tierra de “A Game of Thrones” lo sobrenatural y fantástico es precisamente eso: sobrenatural y fantástico, incluso los legendarios dragones que, se dice, volaban por los cielos hasta hace algunos siglos y cuyos cráneos aún pueden observarse en la capital, a diferencia de sagas como la de Tolkien donde un orco es visto como algo normal. En este apasionante libro veremos intrigas por el poder, el contraste entre civilizaciones y maneras de pensar, mitos que se entrecruzan con realidades, historias de un pasado que chocan con las perspectivas de uno o varios futuros, lealtades y traiciones, el espíritu defendido o corrompido de una familia, de un reino, de un escudo, de uno o varios dioses, de un juramento. Al leer-ver “A Game of Thrones”, te provoca estar en medio del bosque helado del norte conversando con Tyron Lannister, acariciando el lomo de tu lobo, sabiendo que la deshonra sabe mejor con un poco de vino en la panza. Sí, también me gusta el personaje de Jon Snow. Una historia y un libro simplemente adictivos.

4. Todo arrasado, todo quemado (2009) – Wells Tower
Esta fue la recomendación de una amiga. Y no pudo ser más acertada. Los relatos que componen “Todo arrasado, todo quemado”, del canadiense Wells Tower, varias veces premiado y publicado en prácticamente todas las revistas importantes de Estados Unidos, crean, como ha escrito Publisher’s Weekly, “una maravillosa tensión entre el sarcarsmo y una rabia primigenia que bulle por debajo de todos los personajes”. Wells Tower, en este impresionante libro debut, es violento, compasivo, gracioso y, sobre todo, emocionante. Relatos como “El ojo tras la puerta”, donde un anciano indaga sobre su misteriosa vecina, de la que sospecha es prostituta, o “Leopardo”, donde un hijo llega a sentir tal odio por su padrastro y sus maltratos que no se le ocurre una mala idea que el leopardo que ronda por su casa se lo arrebate sin más, sin contar tirarse en medio de la carretera para demostrar que él lo ha hecho trabajar enfermo, relatos como esos donde el odio resuma y hierve junto al fracaso, a los sueños truncos, a la depresión. Ha dicho el New York Times de este libro que es el ejemplo más claro de los últimos tiempos de cómo un buen libro de relatos puede “superar a la novela en su capacidad para iluminar las texturas de la vida diaria y las posibilidades del lenguaje”. Otro gran descubrimiento que he tenido este año gracias a mis amigos y sus recomendaciones o regalos. Muchas gracias y, como ellos, lo recomiendo mucho.

5. El mapa y el territorio (2011) – Michel Houellebecq
Este sí que no fue sorpresa. Houellebecq es un escritor que me gusta mucho desde que leí Ampliación del campo de batalla hace muchos años, llamada “El extranjero” de nuestros tiempos. Luego siguió la maravillosa y polémica “Las partículas elementales” e incluso la desopilante y marciana “La posibilidad de una isla”. Sacó unos cuantos libros después de eso, pero no los conseguí, y ahora llega, nada menos que con el Premio Goncourt bajo el brazo, este “El mapa y el territorio”, donde volvemos a ver esa desazón urbana, pero acompañada del resurgimiento de lo rural, con esa crítica al individuo que veíamos en “Ampliación…”, pero en una novela mucho más ambiciosa, que busca abarcar no solo al hombre como tal sino a toda la sociedad (en este caso la francesa en especial) que lo rodea y lo hace andar (y desandar), destilando un pesimismo que surge del tuétano. El protagonista es un artista, Jed Martin, que hace una carrera mercantilista, retratando con cámaras y pinturas millares de objetos, mapas, oficios y personas de nuestro tiempo, para terminar filmando la naturaleza, en una suerte de contemplación hermética y personal, donde el propio Houellebecq termina como personaje dentro de la narración, aportando la cuota reflexiva que podría esperarse de él en la vida real, sobre todo su interpretación de la vida y la muerte, esta última acaso el gran tema de la novela, más allá del mercantilismo del arte francés, el traslado hacia lo rural, un mundo que sigue siendo el bastión donde se encuentran los valores de un país que aún puede salvarse desde sus orígenes. Y la crítica es feroz, también, con frases del tipo "El mapa es más importante queel territorio". Si hay algo que no se le puede negar al polémico Houellebecq, esta vez más medido que en anteriores oportunidades, es su gran inteligencia, sustentada quizá en su conocida misantropía. Al final, ese pesimismo, para que negarlo, termina saltando de las páginas a la mente de quien lo lee. Un riesgo, pero un gran mérito de esta novela que ya está en la lista de las ganadoras de un premio mítico.

(UPDATE: Aquí la reseña que publiqué en la revista Buensalvaje N°2 sobre "El mapa y el territorio")

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Bonus Track
El hombre ilustrado (1951), Ray Bradbury Seguimos con algo más de ciencia ficción. Bradbury ya me había conquistado con su hermosa y poética “Crónicas marcianas”. Luego siguió el clásico “Fahrenheit 451”, una defensa a ultranza de la lectura y la libertad. Tenía, pues, otra deuda: su híper famoso conjunto de relatos “El hombre ilustrado”, donde la historia de un hombre lleno de “tatuajes” en su cuerpo es el hilo conductor para los cuentos del libro, cada uno de ellos una imagen “tatuada” en este hombre, que cobra vida ante los ojos de quien lo ve. Así, vemos astronautas flotando en el espacio, niños que llevan la realidad virtual hasta los límites, invasiones extraterrestres, robots marionetas idénticos a sus creadores o un conjunto de escritores famosos que viven escondidos en Marte porque sus libros han sido quemados en la Tierra. Y por supuesto ese enorme relato, “El otro pie”, revolucionario al 100%, donde los negros llegan a Marte antes que nadie, echan raíces ahí y se pasan años esperando la llegada de los colonos blancos (cuento que nadie quiso publicar por su marcada crítica al racismo: “Comprendí que los blancos están ahora tan solos como lo estuvimos nosotros. No tienen caso y nosotros tampoco la teníamos. Somos iguales Podemos empezar otra vez. Somos iguales”). El prólogo de este enorme escritor, que hoy cuenta con más de 90 años (si lo oyes hablar se te cae la baba con lo mucho que ama la literatura: en You Tube hay maravillas), es una pieza de arte en sí mismo. En él, Bradbury nos dice que la pregunta “¿Qué pasaría si” es el motor de sus cuentos. La gran imaginación de don Ray es lo que le hizo preguntar qué pasaría si hubiera un astronauta flotando en el espacio… Si existiera una realidad virtual… Etcétera, etcétera, etcétera. Lo más emocionante del libro, repito, es el prólogo, donde, imitando a un mesero que conoció alguna vez, dice sustituyendo baile por escritura: “por eso escribo, escribo, escribo, al mediodía o a las tres de la mañana. Para no estar muerto”.