¿Por qué en las películas de “pandillas”
infantiles siempre hay un niño gordito? Viendo el otro día el clásico de Rob
Reiner, Stand by me, me hice esta pregunta. Y claro, recordé de inmediato
algunos de los personajes de esta lista. Supongo que tiene que ver con que,
durante la niñez, los más “marginados” o molestados por los otros niños son los
gorditos, no los flacuchos. Los apodos están a la orden del día y las
evidencias físicas son las que más llaman la atención a esa edad, o quizá tan
solo empiezan ahí y siguen durante toda nuestra vida. Sin embargo, es diferente
fastidiar de gordo a Jack Black en cualquiera de sus películas que a Vern, de
Stand by me. Quizá la gordura importe más, para mal pero también para bien, cuando
se es niño, no lo sé. Sobre todo con personajes que nos demuestran que ser gordito no
impide ser valiente, o en todo caso que nos muestran el lado más sensible e
importante del miedo. O cuando vemos que aquel niño gordito, aparentemente marginado y sufrido, puede ser también el más querido o enseñarnos más, mucho más que cualquier otro. Estoy seguro de que hay más, pero en lugar de ponerme a
investigar vía Google, prefiero nombrar los que vinieron a mi memoria primero,
y esperar que algunos de ustedes, lectores, añadan los que se me están pasando,
así que disculparán la falta de rigurosidad. Aquí estos entrañables personajes
que, en cada historia, hacían literalmente contrapeso, físico y emocional, a
sus compinches de aventuras.
Piggy, de El señor de las moscas, en la escena final. |
1. Vern, de Stan By Me (1986)
Vern, el miedoso del grupo en Stand by me. |
Esta película fue la que hizo que
se me ocurriera esta lista. Es un clásico: cuatro niños que van en busca del
cuerpo de otro niño muerto del que han oído hablar. Una especie de “road movie”,
pero sin auto: los niños, a pie, salen de su pueblo siguiendo las líneas del
tren, en un viaje-aventura de un par de días, basado, además, en la historia de
Stephen King, “El cuerpo”. Son cuatro los niños: Chris, el valiente (el
fallecido River Phoenix); Gordie, el futuro escritor-debilucho-pero-inteligente
(Wil Weaton, ex Wesley Crusher en Star Trek Next Generation y actual némesis de
Sheldon Cooper en The Big Bang Theory); Teddy Duchamp, el bromista (Corey
Feldman, también parte de la pandilla de The Goonies); y, claro, Vern, el
gordito miedoso, interpretado por Jerry O’Connell, curiosamente el que más éxito
consiguió como actor: creció, adelgazó y apareció en películas como Jerry
McGuire, Scream 2 o Piranha 3D. Y para colmo, ironía de ironías, el gordito
Vern se casó en 2007 con la bellísima Rebecca Romijn, conocida por ser la ex
esposa del tío Jesse (John Stamos) e interpretar a la polimórfica Mystique en
la saga X-Men. El papel de Vern en Stan by me es trascendental: es quien
escucha a su hermano hablar del cuerpo que será el objetivo de la aventura,
pero en el camino no solo “arruga”, sino que va mostrando sus debilidades y
temores, en contrapeso con el audaz Chris, el cauto pero aventado Gordie, y el
bocazas Duchamp. Entrañables cuatro muchachos. Entrañable edad. Entrañable
Vern. Como escribe Gordie, ya de padre, al final de la película: “Nunca tuve
mejores amigos que cuando tenía 12 años. Jesús, ¿quién los ha tenido?”.
2. “Piggy”, “El señor de las moscas”
(1990)
Piggy y Ralph. |
Aunque Vern, de Stand by me, fue el
personaje que me inspiró para hacer esta lista, el que más entrañable me
parece, sin duda y de lejos, es “Piggy”, el gordito de lentes del clásico de la
literatura “El señor de las moscas”, de William Golding, y de la película del
mismo nombre, de 1990. Esta historia del naufragio de un grupo de niños en una
isla (nuevamente los naufragios en este blog, aunque en este caso es la caída
de un avión al mar) nos muestra hasta dónde pueden llegar los instintos humanos
ante situaciones desesperadas: los niños replican a los adultos, intentan
organizarse, se forman bandos, y al final el lado del cabecilla fuerte y despótico,
que lleva a sus seguidores como si fueran una tribu de cazadores, termina
ganando. Ralph, el líder del bando “civilizado”, y su compañero “Piggy”, al que
denigraban por su peso, quedan al margen. El personaje de Piggy es básico, pues
representa la voz de la razón detrás de un cuerpo limitado por la obesidad y
una pésima vista. Pero Piggy, con su sensibilidad, su llanto, pero también con
sus reflexiones, es quien termina siendo la clave de la supervivencia: sus
lentes eran el único instrumento que les permitía acceder al fuego. La muerte
de uno de los niños accidentalmente a manos de los cazadores y sus lanzas en
medio de una frenética danza de guerra marca la distancia definitiva y la
llegada de una violencia sin control. Cómo olvidar el acto final de llamada a
la cordura de Piggy, quizá el que más necesitaba de la protección de los
cazadores pero moralmente impedido de seguirlos. Esa cuando toma la caracola
sin la que no se podía hablar en “asamblea”, y los salvajes cazadores,
ignorando esta única regla de civilización, le tiran una enorme roca, matándolo
también. Es una de las películas (y libros) con los que he lagrimeado, la
muerte de Piggy, sus llantos cuando le roban sus lentes, la manera en que Ralph
lo protege y escucha. No hay duda de que la constitución física de Piggy está a
la altura del peso que el personaje tiene en la historia. Un gordito para
recordar.
3. Russell, UP (2009)
Russel, el niño explorador en Up. |
Esta genial película animada de
Pixar, nominada además a Mejor Película en los Oscar (y ganadora de la
estatuilla en su categoría), nos ofrece tanto: la historia de Carl y Ellie, dos
niños que desde que se conocen se adoran y envejecen juntos añorando las aventuras
de unas cataratas idílicas. Pero también, ya con Carl anciano y viudo, un entrañable
y regordete niño explorador llamado Russell, quien por intentar ayudar a Carl
como buen boyscout termina no solo acompañándolo en la búsqueda de las cataratas,
sino enseñándole, en su propio descubrimiento de “la vida salvaje”, mucho del
amor, de la vida y de la lealtad. Llama la atención su relación con Kevin, la
rara ave que encuentran en esos lejanos parajes. Cabe preguntarse, ¿por qué
siempre un gordito? ¿No podía ser un niño explorador flaco? Quizá la debilidad
y empatía puede transmitirse mediante otras personificaciones, pero quizá es
porque la gordura es un estigma particular de la niñez y de la adolescencia:
nadie te margina en la escuela por ser flacucho, sino por gordito. Injusticia
real y tangible que, sin embargo, es fuente de coraje y de enseñanzas cuando
vemos que aquel niño gordito, marginado, o dejado de lado por su padre, como en
este caso, es capaz de hacer más que el más flaco y pintado. Es mi apuesta. No
sé la de ustedes.
4. “Gordy” Cohen, Los gonnies (1985)
Gordi. |
Otra pandilla de niños que va en
busca de lo desconocido. Esta vez no es un cuerpo, sino un tesoro perteneciendo
a un extraño “Willy el tuerto”. Una aventura dirigida por Steven Spielberg que
marcó a toda una generación. “Gordy”, parte de la pandilla junto a Mickey (Sean
Austin, “Sam”, en El señor de los anillos), “Data” Chang (el niño oriental de
Indiana Jones) y “Bocazas” Devereaux (Corey Feldman, también conocido por Stand
by me), es otro niño obeso que complementa el estilo “Bennetton” del casting,
en este caso sin tanta carga de sentido como en los casos anteriores. Los
goonies son una pandilla de un oriental, un gordito, un bocón y el líder
conflictuado por la economía de su padre.
5. Seth, Supercool (2007)
Genial Jonah Hill, hoy nominado al Oscar por "Moneyball". |
Sí, Seth de Supercool no es un
niño. Con las justas viene a ser un adolescente, pues cursa su último año de
colegio antes de irse a la universidad. Pero, vamos, Supercool es también la
historia de una especie de pandilla (Seth, el pervertido; Evan, el tímido; y
Foggel, alias McLovin, el hipernerd) que va en busca de algo: no un cuerpo, no
un tesoro, pero sí juerguear con alcohol para poder ligarse a una chica. Y
dentro de esta pandilla la constitución incluye, pues, a un personaje pasado de
peso, que además es el bocazas del grupo. Es importante pues que aquí el
miedoso termine siendo el flaco Evan y no el gordito Seth. Los tres, gordos o
no, son socialmente rechazados por los populares. Así que la gordura de Seth,
interpretado por el candidato al Oscar este año, el genial Jonah Hill, es más
un impedimento para conquistar a la chica de sus sueños, la bella y popular Jules,
interpretada por la ahora megaestrella Emma Stone. Seth piensa que debe
emborracharla pues sobria jamás querría algo con él. La ternura se desborda (y
se fusiona con la vergüenza y la risa) en una de las escenas finales donde
Seth, ebrio, le dice a una sobria Jules que es su última oportunidad de estar
con ella, así, borrachos. “Mírate, Jules, mírate… y… mírame”, le dice Seth, entre lágrimas. Claro,
la escena, seria y sentimental, termina con un desmayo alcohólico de Seth, que
le da un cabezazo a Jules, cayendo al suelo. Menudo personaje, escrito desde
los 13 años por Seth Rotgen, el genial actor de Supercool, Virgen a los 40, Ligeramente
embarazada, Pineapple Express, y tantas otras. Cabe resaltar la genial
secuencia en donde Seth confiesa su precoz obsesión por dibujar penes en todas
las formas y colores a sus cortos 8 años: “Le pasa a un porcentaje de niños”,
dice, mientras la película te muestra a un gordito judío en segundo grado
llenando su lonchera de los Cazafantasmas con sus obscenos dibujos. Priceless.
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Bonus Track
Bonus Track
Hugo “Hurley” Reyes,
Lost
Inolvidable Hugo "Hurley" Reyes, de Lost. |
Si Seth, de Supercool, no es un
niño típico a lo Piggy o Vern, pues Hurley menos. Por eso lo pongo como Bonus
Track, no porque sea gordo, sino porque es un personaje gordo en un historia
con una gran cantidad de otros personajes. Uno podría decir: “Nunca falta el
personaje gordo”, pero hay que aclarar que los creadores de Lost no tenían
pensado incluir ni a “Hurley” ni a un personaje gordo. Jorge García, el actor
que interpreta a Hugo Reyes, fue a audicionar por el papel del maloso y pepón “Sawyer”.
Ese “atrevimiento” hizo que los creadores pensarán en García para un papel
propio y así nació Hurley. Pero no podemos negar que el personaje gordo y
carismático cayó como anillo al dedo en la historia de Lost, sobre todo si es
un isla en la que por mucho tiempo la única fuente de alimentos son las
papayas, los mangos y uno que otro jabalí cazado por Locke. Incluso, cuando ya
disponen de las provisiones de “la escotilla”, Hurley se siente mal por comerse
los chocolates y las golosinas. “Estamos perdidos en una isla y yo en lugar de
adelgazar sigo engordando”, le hacen decir los guionistas al buen Hugo. Pero la
gordura y los apodos de Sawyer (desde “Jabba” hasta “Gordo”) no impiden que
Hurley se enamore y conquiste a la guapa Libby. Ni tampoco ser uno de los
elegidos de Jacob ni, al final, termine siendo quien cargue con la
responsabilidad de la isla. Y es que, para qué negarlo, Hurley es uno de los
personajes más queridos de Lost, sino el más querido. Y es que es un gordo
bueno y divertido, como dice la canción.